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Estados de ánimo y hormonas: Salud y bienestar emocionales a lo largo de la vida

Sólo mencione estas tres simples letras:PMS y verá una reacción. Las mujeres asienten expresando comprensión y los varones se encogen ante la sola idea. Todos parecen conocer a alguna persona cuyo estado de ánimo se transforma al estilo de “Dr. Jekyll y Mr. Hyde” durante ese período del mes.

Pero parece que se exagera en el asunto del PMS y sus efectos en el estado de ánimo de las mujeres, en especial a la luz del hecho de que la vida de una mujer es una sucesión de marejadas hormonales que afectan a su estado de ánimo. Desde la pubertad hasta la menopausia, las mujeres experimentan fluctuaciones hormonales continuas cíclicas que afectan a la química del cerebro y, por lo tanto, al estado de ánimo.

Este hecho fisiológico de la vida puede explicar parcialmente por qué “los trastornos de depresión y ansiedad son de 2 a 3 veces más comunes en las mujeres que en los varones”, un fenómeno mundial, multicultural, de acuerdo con la Dra. Elizabeth Lee Vliet. Este es un problema grave que exige que vayamos más allá de las bromas comunes sobre el PMS para comprender mejor la manera en que las hormonas afectan a la salud y al bienestar emocionales de una mujer durante toda su vida.

Pubertad

La mayoría de los niños presentan algunos síntomas variables de ansiedad y humor durante la pubertad. Como saben casi todos los padres de adolescentes, estos pueden ser irritables o introvertidos, y pueden tener poca concentración y problemas para dormir. Sin embargo, los cambios en el comportamiento por lo general son más extremos en las jovencitas, en especial cuando empiezan a menstruar, cuando el estrés que sienten aumenta debido a los cambios hormonales.

Los padres deben estar alertas a la salud emocional de sus hijos durante la pubertad. Si no se tratan de la manera adecuada, los traumas de la niñez se pueden codificar en la bioquímica del cerebro y volver a surgir después como una depresión grave o una incapacidad para lidiar con el estrés.

PMS/PMDD

Ningún análisis sobre el estado de ánimo y las hormonas estaría completo sin mencionar el síndrome premenstrual
(PMS, por su sigla en inglés), al que actualmente a veces se le llama trastorno disfórico premenstrual (PMDD, por su sigla en inglés). Por lo general, esta afección se describe como una tensión que se observa justo antes de la menstruación y desaparece una vez que comienza esta. Para algunas personas, esta tensión casi debilita y afecta de manera importante a su capacidad para lidiar con la vida diaria. De hecho, la Dra. Katharina Dalton, pionera en el tratamiento del PMS hace 40 años, indica que aproximadamente la mitad de los intentos de suicido de todas las mujeres ocurren durante los cuatro días anteriores a la menstruación o durante los primeros cuatro días de la menstruación.

Normalmente, el PMS/PMDD implica una combinación de cansancio, irritabilidad y depresión intensos que se agravan fácilmente con el estrés provocado por otros motivos. Durante este período, muchas mujeres lloran con facilidad, tienen dificultades para tomar decisiones, sienten una disminución de las capacidades físicas y mentales, y responden bruscamente a quienes las rodean.

Además, las mujeres que ya sufren de un trastorno del estado de ánimo comunican que los síntomas empeoran antes de la menstruación y, si usan medicamentos, la eficacia de estos disminuye.

Aunque esto aún no se entiende por completo, los investigadores y los médicos ahora están de acuerdo en que el PMS/PMSS es un fenómeno muy real y en que es el resultado de una compleja fluctuación bioquímica/hormonal que afecta a la mujer a un nivel físico, conductual y emocional.

Píldoras anticonceptivas

Incluso la elección de una mujer sobre la anticoncepción puede afectar a su estado de ánimo. El Dr. Gabriel Cousens comunica que “una de cada tres mujeres que usan píldoras anticonceptivas tiene depresión”. Las hormonas en las píldoras anticonceptivas afectan a la bioquímica del cerebro de muchas maneras y producen efectos emocionales, así como los efectos físicos deseados.

De acuerdo con el Dr. Cousens, las mujeres que usan píldoras anticonceptivas con frecuencia tienen deficiencias nutricionales que pueden agravar los efectos en el estado de ánimo.

Medicamentos para la fertilidad

Otro aspecto del asunto de la anticoncepción es que cada vez más mujeres en los Estados Unidos tienen problemas para concebir. En respuesta, ahora se dispone de medicamentos potentes que estimulan los ovarios para producir un exceso de óvulos, pero estos medicamentos también pueden afectar al estado de ánimo y aumentar la ansiedad de la situación debido a la manera en que afectan a la bioquímica del cerebro.

Otros medicamentos recetados comunes

También se sabe que algunos medicamentos recetados comúnmente tienen efectos secundarios que alteran el estado de ánimo, incluidos los medicamentos para la presión arterial, prednisona, (Valium®), triazolam (Halcion®), cimetidina (Tagamet®) e incluso bupropion (Wellbutrin®) ¡que actualmente se receta para la depresión!

Embarazo

Desde la perspectiva hormonal, no cabe duda alguna de que el embarazo es uno de los momentos más volátiles de la vida de una mujer. La combinación de cambios hormonales y cambios inminentes en el estilo de vida causa estragos en el estado de ánimo y en las emociones de la mayoría de las mujeres.

Durante las primeras semanas del embarazo, tanto los niveles estrógeno como de progesterona aumentan rápidamente y pueden afectar a la estabilidad del estado de ánimo. Alrededor de la sexta semana, el nivel de estrógeno de la mujer es aproximadamente tres veces el punto más alto que se alcanza en el ciclo menstrual y muchas mujeres se vuelven muy irritables.

Debido a que, con frecuencia, el cuerpo se adapta a estas fluctuaciones con sus propios mecanismos de autorregulación, la mayoría de las mujeres comunica que se siente mucho mejor en el segundo trimestre e incluso pueden tener una sensación de euforia. Pero no todas las mujeres se normalizan con tanta facilidad.

Alrededor de 1 de cada 10 mujeres embarazadas experimenta un poco de depresión o ansiedad durante el embarazo y muchas de ellas seguirán teniendo episodios más graves después del parto. De hecho, parece que algunas mujeres nunca recuperan la misma estabilidad emocional que tenían antes de tener un hijo. Si esto no se trata, los trastornos del estado de ánimo durante el embarazo pueden tener repercusiones graves para la salud del bebé, así como para el importante lazo entre la madre y el hijo después del nacimiento.

Depresión posparto

Durante muchos años las personas han creído que la depresión posparto o depresión puerperal afecta principalmente a las mujeres que son débiles o que les falta autocontrol. La recomendación común era
“no se rinda”. Pero, con el paso del tiempo, esa actitud se desvaneció lentamente y la depresión posparto fue reconocida como un fenómeno médico.

Los síntomas de la depresión posparto difieren bastante de la depresión “clínica” o “normal”, según la Dra. Dalton. Por ejemplo, una mujer con depresión por lo general tiene problemas para dormir, mientras que las mujeres con depresión posparto suelen tener mucho sueño y parecen nunca dormir lo suficiente (obviamente, esto puede deberse en parte a la privación del sueño que con frecuencia acompaña a un recién nacido, pero es mucho más intenso). Otras diferencias de la depresión posparto por lo general incluyen aumento de peso (en lugar de adelgazamiento) y una sensación general de bienestar por la mañana (mientras que la mañana suele ser cuando las mujeres con depresión se
sienten peor).

A pesar de las diferencias relacionadas con la depresión posparto, comparte muchas similitudes con el PMS.
La Dra. Dalton considera que, en muchos casos, se puede culpar a la depresión posparto de la aparición del PMS. Afirma que más del 80 por ciento de las mujeres que alguna vez sufrieron depresión posparto después sufren el PMS.

Tanto la depresión posparto como el PMS ocurren durante los cambios hormonales, en específico cuando hay una disminución importante de la progesterona. Ambas afecciones incluyen síntomas de agotamiento, irritabilidad, depresión y cambios en el estado de ánimo, algunas veces con explosiones violentas y/o tendencias suicidas. Y, de acuerdo con la Dra. Dalton, las dos pueden tratarse con éxito
con progesterona.

Perimenopausia/menopausia

El Dr. Phyllis Bronson, un médico y bioquímico, ha realizado estudios de los trastornos del estado de ánimo en las mujeres en la madurez. Durante una entrevista personal, la Dra. Bronson coincidió en que lo que mayoría de las mujeres temen más conforme se acercan a la menopausia no son los sofocos ni los sudores nocturnos, ni el cáncer de mama ni la enfermedad cardíaca, sino ¡volverse locas!

La mayoría de las mujeres comunican que se sienten confundidas o torpes antes de sentir cualquier otro síntoma
físico de la menopausia. Conforme comienzan a experimental fluctuaciones hormonales irregulares, se sienten tensas y malhumoradas, tienen poca concentración y mala memoria, sienten una pérdida general de bienestar y sufren problemas para dormir. Observe que muchos de estos síntomas coinciden con los de la depresión clínica.

Durante la perimenopausia, algunas mujeres se enfrentan por primera vez a síntomas similares a la depresión; otras que ya han tenido episodios previos de depresión pueden creer que los síntomas vuelven a aparecer. Además, como en el PMS/PMSS, las mujeres con un trastorno del estado de ánimo pueden considerar que los tratamientos exitosos anteriores posiblemente parezcan dejar de funcionar con la aparición de la menopausia. Los síntomas relacionados con el estado de ánimo pueden volver a aparecer y los cambios en el estado de ánimo se pueden volver más marcados.

En particular, pocas personas (incluidos los profesionales de atención médica) discriminan entre los síntomas que surgen de la pérdida de hormonas de los que se atribuyen a otros factores. En especial durante esta etapa de la vida, las mujeres deben investigar la terapia hormonal como un elemento clave en el tratamiento de la depresión o los síntomas relacionados con el estado de ánimo.

Hormonas relacionadas con el estado de ánimo

Las hormonas son sustancias muy poderosas en el cuerpo, como lo indica el hecho de que esas pequeñas cantidades produzcan efectos tan intensos. Las hormonas también son muy selectivas, por lo general tienen funciones muy específicas y limitadas. Estas dos características ayudan a explicar por qué estamos tan “fuera de control” cuando las condiciones hormonales no son las adecuadas.

Algunas personas pueden debatir que el estado de ánimo se ve afectado por muchos factores, incluido nuestro ambiente social y físico, la dieta, el ejercicio y los patrones de sueño diarios, sólo por mencionar algunos; pero la realidad es que esos mismos factores también afectan de manera importante a las hormonas, que regulan el sistema de respuesta del cerebro y, por ello, determinan nuestro estado de ánimo. Nuestra salud emocional está indisolublemente relacionada con las hormonas.

Una investigación en Rockefeller University, comunicada por la Dra. Vliet, indica que las hormonas esteroides (en especial los estrógenos, la testosterona y la progesterona) son las señales químicas más intensas que afectan al cerebro. Los cambios en los niveles de estas hormonas ováricas influyen a los neurotransmisores (como la dopamina y la serotonina), que afectan al estado de ánimo. La Dra. Vliet está de acuerdo en que los esteroides ováricos desempeñan una función de regulación importante en la sensación de bienestar general de la mujer y comunica que las investigaciones sugieren que existe una “relación que se desconocía entre la disminución de los niveles hormonales en las mujeres durante la perimenopausia y el aumento de la incidencia de los trastornos de depresión y ansiedad”. También habló sobre un estudio realizado en Yale que concluyó que la terapia hormonal durante un período de seis meses pareció generar una mejora en todas las categorías de síntomas de la perimenopausia, incluida la depresión, los ataques de ansiedad, las alteraciones del sueño y los problemas de memoria a corto plazo.

Estrógeno

Además de las muchas funciones del estrógeno en nuestra salud sexual y del desarrollo, también se sabe que es un neuroestimulante con efectos antidepresivos. Los niveles de estrógeno tienen un efecto dominó en la química del cerebro y en el estado de ánimo.

La Dra. Bronson afirma que “los niveles altos de estrógeno producen un desequilibrio en el sistema que empeora o causa síntomas de tensión y ansiedad”. De hecho, dice que algunas mujeres con niveles de estrógeno alto pueden tener predisposición a niveles altos de ansiedad e incluso ataques de pánico. Por otro lado, los niveles bajos de estrógeno pueden provocar episodios de depresión.

Es interesante observar que, por lo general, una mujer tiene una dominancia o una deficiencia de estrógeno; aun así, aún experimenta niveles altos y bajos debido a las fluctuaciones normales (como en el PMS) o las fluctuaciones irregulares (como en la perimenopausia) en relación con el nivel “normal”. Durante la fluctuación puede tener síntomas mezclados conforme el desequilibrio cambia.  Los cambios en el estado de ánimo relacionados con la disminución de los niveles de estrógeno de una mujer suelen responder muy bien a la terapia con estrógeno; la mayoría de las mujeres comunica que se siente más alerta y tiene más energía después de recibir el tratamiento.

Progesterona

La Dra. Bronson observa que el coeficiente de estrógeno/progesterona es en realidad la clave para el tratamiento adecuado de los trastornos del estado de ánimo. Un estudio realizado por la Dra. Bronson encontró que “una deficiencia de progesterona es claramente un factor primario en los patrones de ansiedad de la edad madura”.
Observó que cuando los niveles de estrógeno era altos y los niveles de progesterona bajos, las pacientes “sufrían rabia extrema seguida de [una] actitud conciliatoria contraproducente”.

Esto no es inusual porque la mayor concentración de receptores de progesterona se encuentran en la zona límbica del cerebro, que es el centro de las emociones que los fisiólogos de animales también llaman “zona de rabia y violencia”.  La progesterona tiene un efecto calmante en el cerebro, lo que sugiere que una deficiencia provoca niveles variables de ansiedad, según el nivel de desequilibrio.Recuerde el análisis anterior sobre el PMS y la depresión posparto, ambos ocurren con una disminución repentina de la progesterona y pueden incluir una
ansiedad considerable.
La Dra. Dalton determinó que ambas afecciones se pueden tratar de manera eficaz con progesterona, en especial si se administra antes de que se PMS, sugiere suplementos de presenten síntomas. Para el progesterona desde la ovulación hasta la menstruación; para evitar la depresión posparto, recomienda que la terapia de progesterona comience inmediatamente después del parto y que disminuya gradualmente hasta que la menstruación regrese.

La Dra. Bronson está de acuerdo en que la progesterona puede ser un tratamiento eficaz para la ansiedad en las mujeres durante la perimenopausia.  Sin embargo, considera que el tratamiento es más eficaz con dosis más altas, en específico de 400 a 600 mg/día, administradas en la piel. La mayoría de las mujeres tratadas comunicó mejorías importantes en la salud emocional.

Cuando la terapia con progesterona funciona bien, tanto la Dra. Bronson como la Dra. Dalton enfatizan la importancia de usar progesterona bioidéntica en lugar de progestina (consulte el recuadro en la página 5) para lograr mejores resultados.

Tiroides

La glándula tiroides produce varias hormonas diferentes que tienen un efecto intenso en el cuerpo y afectan a cada célula de una manera u otra. Sus efectos en el estado de ánimo son trascendentales.

Las hormonas tiroideas primarias son la tiroxina (T4) y la triyodotironina (T3), que responden a la hormona de estimulación tiroidea (TSH) de la hipófisis, como parte del complejo sistema de retroalimentación del cuerpo que mantiene la sincronización de las secreciones de la glándula endocrina. Las hormonas tiroideas también afectan a los niveles de glucosa en la sangre y a la liberación de hormonas del estrés, que obviamente también afectan al estado de ánimo. Una deficiencia de la hormona tiroidea inhibe los neurotransmisores del cerebro, lo que posiblemente causa depresión. Los niveles de hormona tiroidea pueden ser deficientes durante y después del embarazo.

Insulina y glucosa

La Dra. Dalton observó una correlación entre las explosiones emocionales agresivas durante el PMS y los niveles de azúcar en la sangre de las pacientes. Cuando se les preguntó sobre el momento del día o las circunstancias que precedieron inmediatamente esas explosiones, sus pacientes respondieron con frecuencia que ocurrieron a una hora avanzada de la mañana después de omitir el desayuno o mientras preparaban la comida de la noche, en especial si esto pasaba después de lo usual. Por cierto, muchas de sus pacientes también comunicaron confusión u olvido alrededor del momento de estas explosiones.

El Dr. Cousens considero que poner mucha atención a qué y cuándo se come es importante para la salud emocional. En Depression-Free for Life, identifica los alimentos según un índice glucémico que compara su repercusión en el nivel de azúcar en la sangre. Afirma que comer alimentos que se encuentran en la parte “muy alta” del índice glucémico (como productos de harina blanca, cereales refinados y endulzados y las barras de chocolate) causan “cambios bruscos en el nivel de azúcar en la sangre, un nivel alto seguido de uno bajo” y que por eso se
deben evitar.

Otras sustancias que afectan al estado de ánimo

Muchas otras hormonas, aminoácidos y nutrientes también afectan al estado de ánimo, lo que dificulta tratar de diagnosticar la bioquímica propia. Por ejemplo, muy poca o mucha hormona melatonina puede provocar depresión y las personas con depresión con frecuencia también presentan niveles elevados de cortisol. Sabemos que los aminoácidos (como la glutamina) pueden afectar a los neurotransmisores y que los nutrientes
(como la vitamina B6 y otros oligoelementos) también desempeñan una función importante en la regulación del estado de ánimo. Sin embargo, aún seguimos aprendiendo sobre la manera en que estas sustancias trabajan juntas para influir en el estado de ánimo.

Conclusión

El estado de ánimo y los trastornos del estado de ánimo son muy complejos y pueden variar mucho de una persona a otra y de un día a otro.

Los trastornos del estado de ánimo y los síntomas más leves relacionados con el estado de ánimo  son una fuente importante de estrés para muchas mujeres durante toda su vida. Si buscan tratamiento, y cuando lo hacen, la Dra. Vliet observa que “estas pacientes con frecuencia pasan desapercibidas en el sistema de atención médica fragmentado”. Sugiere que es necesaria investigación adicional que integre las disciplinas de ginecología, psiquiatría/psicología y endocrinología para entender mejor la manera de tratar los trastornos del estado de ánimo en las mujeres.

Queda claro que el enfoque popular de recetar medicamentos que alteran la mente puede no ser la mejor respuesta para todas las mujeres y puede no resolver el problema si no se tratan los problemas hormonales.

Progesterona bioidéntica en comparación con la progestina: ¿Cuál es la diferencia?

Muchos investigadores médicos y profesionales de atención médica debaten los méritos de las hormonas bioidénticas
(es decir, las que son idénticas desde el punto de vista químico a las hormonas que se producen de manera natural en el cuerpo) en comparación con las no bioidénticas. La preocupación principal de los tratamientos no bioidénticos es que, debido a que no son idénticos a las sustancias que se producen en el cuerpo, el cuerpo por lo general responde de manera un poco diferente, y existe una posibilidad mayor de que se produzcan efectos secundarios no deseados.

La Dra. Bronson declara que la diferencia bioquímica principal entre la progesterona bioidéntica y las progestinas no bioidénticas es su relación con el agua. La progesterona bioidéntica es hidrófoba, lo que significa que repele el agua o actúa como diurético. En contraste, las moléculas de las progestinas no bioidénticas son hidrófilas, lo que significa que se mezclan con facilidad con el agua. De modo que si usa una progestina no bioidéntica como Depo Provera®, el cuerpo (incluido el cerebro) puede retener agua, lo que puede causar efectos secundarios adicionales en la química del cerebro.

Un estudio realizado por la Dra. Lorraine Fitzpatrick de Mayo Clinic respalda el descubrimiento de que las mujeres que estaban en la perimenopausia comunicaron un mejor alivio de los síntomas depresivos con progesterona bioidéntica que con una progestina no bioidéntica.

  • “New insights on hormones and mood” de Elizabeth Lee Vliet, MD; Menopause Management, junio/julio de 1993.
  • Once a Month: The Original Premenstrual Syndrome Handbook de Katharina Dalton, MD; Hunter House Inc.; 1990.
  • Depression-Free for Life de Gabriel Cousens, MD, con Mark Mayell; HarperCollins; 2000.
  • Depression After Childbirth de Katharina Dalton, MD; Oxford University Press; 1989.
  • “Mood Biochemistry of Women at Mid-Life” de Phyllis J. Bronson, PhD; presentado en la conferencia de American Academy of Environmental Medicine, 28 de septiembre al1 de octubre de 2000, en Hilton Head, SC; y entrevistas personales, febrero de 2001 y febrero de 2012.
  • ”Comparison of Regimens Containing Oral Micronized Progesterone or Medroxyprogesterone Acetate on Quality of Life in Postmenopausal Women: A Cross-Sectional Survery” de Lorraine A. Fitzpatric, MD, Cindy Pace, BS y Brinda Wiira, PhD; Journal of Women’s Health & Gender-Based Medicine, volumen 9, número 6, 2000.

Connections es una publicación de Women’s International Pharmacy, que se dedica a la educación y al control del PMS, la menopausia, la infertilidad, la depresión posparto y otras afecciones y terapias relacionadas con las hormonas.

Esta publicación se distribuye en el entendido de que no constituye una opinión médica para problemas individuales. Aunque el material pretende ser preciso, busque la opinión médica adecuada de un profesional de atención médica competente.

Editora: Constance Kindschi Hegerfeld, Executive VP, Women’s International Pharmacy
Editoras auxiliares: Julie Johnson and Carol Petersen, RPh, CNP; Women’s International Pharmacy
Redactoras: Kathleen McCormick, McCormick Communications
Illustrator: Amelia Janes, Midwest Educational Graphics

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